miércoles, 5 de diciembre de 2012

a punto al fin

A punto estuve yo lo que se dice a punto de no despertar.

Ni ahogos, dilemas, sufrimientos o utras distracciones
no había nadie, el despertador sonaba sin poder ser apagado,
siendo tal vez una alarma interna,
siendo tal vez una vigilia malentendida. Hacía frío.

No me conoces? A la segunda ya me di cuenta de la irreversibilidad
tarde
frío
vete, vete, vete, le rezaba yo a sus huesos
(hay alguien por ahí?) por favor, oféndete.

Y tu alarma reclama
y mi deseo ya no está,
tal vez, un simple gesto amable
de esos tengo a montones...
pero se acaban, y estoy pensando que
quizás elija tu muerte, o quise decir suerte?

Abundancias, menudencias, rimbombancias...
y yo muriendo, veo una luz, la apago:
"apartad del medio hijos de puta!
soy vuestro padre".

Pero nadie hay en derredor,
ni cuerpos que valgan
ni niños muertos.
Despojado al fin de los recuerdos inventados
que se escondían a campo traviesa
floto, floto, floto
al fin.



domingo, 30 de septiembre de 2012

Neil Amstrong


Fuera de las fronteras y sin los referentes cartesianos...
La velocidad se mantenía en un constante vértigo y mi cuerpo permanecía como permanece la vigilia en los sueños. Y mi consciencia oscilaba entre desorientada y calma, en medio de una oscuridad infinita. Aparentemente el cuerpo que poseo parecía poseerme a mí, como si su quietud dejase perplejo mi cerebro sin poder a penas lanzar orden alguna. Entonces me inundaba una parálisis indolora, dejaba de pensar en lo fascinante de la misión para, al cabo de un incierto rato, olvidar por completo las razones de encontrarme en esa situación.
Y no comía, y no bebía, y no entendía. Y todo comenzó a desmoronarse en mi memoria, quedando solo un cuerpo fetal sin recuerdos.
De repente, como todos los momentos, un zumbido potentísimo se acopló en mi oido acompañado por una fuerza centrífuga que ya conocía...pero ignoraba. Alguien me sacó de ahí:
acababa de nacer.

jueves, 2 de agosto de 2012

trabajo bien hecho


En aquella celda solo estábamos él y yo, aunque habían cuatro camas. Y en cada ruido ya imaginaba los pasos del siguiente preso, como si no deseara una nueva compañía, un tercer hombre. Porque el segundo quería verme muerto, y no por una razón directa sino más bien, o eso quiero creer yo, por su necesidad de tener cerca un enemigo.
Me costaba trabajo conciliar el sueño. Mi compañero de celda no tenía párpados así que se pasaba toda la noche con los ojos en blanco y abiertos de par en par. Alguien se los había cortado como señal de haber presenciado alguna escena que no debía de ser presenciada, y en vez de arrancarle los ojos o dejarlo tuerto, la señal fue rasurarle los párpados, quedándole esa cara tan inquietante como es la cara del que no pestañea. Ahora ha de cumplir condena por homicidio. Él presenció algo que no debía, y se vengó asesinando a su tortuoso cirujano. Así son las naturalezas de las venganzas.
Él desconfiaba de mí, imaginando continuamente que yo venía a acabar con su vida, así que tuve que contarle historias disparatadas y complejas para mantenerlo entretenido a preguntas. Pero en realidad, él tenía razón. Yo estaba aquí justamente para eso: matarlo. Y fue fácil: conseguí un veneno que cambié con cautela por el líquido lagrimal que utilizaba para poder limpiar sus ojos que no pestañeaban. Y tuve que hacerlo antes de que llegase un tercer hombre, y así fue. Nada rápido, sus ojos se desorbitaron y acto seguido sufrió un infarto cerebral más uno al corazón en cuestión de minutos. Tuve que acallar sus gritos con algo de asfixia también. Después de todo, su cadáver no me impresionó. Era como si estuviese dormido, sin sus párpados, y yo con insomnio, como todas las noches hasta la de hoy, que podré dormir tranquilo gracias al trabajo bien hecho.

lunes, 21 de mayo de 2012

viaje al quicio

Ahora que la música ronca se sumerge de nuevo bajo la espuma
invulnerable ráfaga entre el polvo de los muertos
transforma su figura en un amor irreversible
que sin sombra agazapado tras la vela que ilumina
los favores de su amparo entre sus brazos, y me dijo:
"...no me llevo la luna por pena de la noche que se quedaría a oscuras
vengo a llevarte a tí con tu permiso, a la ternura
del que como tú, vichó confundido su futuro
y ahora solo sueña que sus sueños nada auguran...".
Ahora que nuestro silencio alivia sinrazones
ya la noche ni hiere ni muerde mano alguna
sigo fugaz al viejo cabalgante que ya escapa
por la ventana que enmarcaba la tristeza en mi figura.

miércoles, 1 de febrero de 2012

por fin eres la muerte (segunda parte)

Y es cuando tu luz me ciega
a oscuras me quedo
sin pensamiento, ni velas, ni miedo
como antes, el papel en blanco
que ensucio con ciertos pensamientos.

Y es ahora, no te miento
estoy desnudo, ciertamente
no me escondo tras tu sombra
que de par en par me alumbra
mientras abro los ojos para verte.

Me encanta mirarte mientras limpias
tu guadaña que afilada me apuntaba
como indicándome el camino que distingue
mi voz en la penumbra madrugada.

Pero cómo hago yo para seguirte?
si te escondes tras de mí, tras mis pisadas.
De ella por fin ya me deshice,
de nuevo no caeré más en la trampa.

Así que "negra", indícame el camino
que me lleve derecho a tu morada
oscura y limpia de amoríos
de segunda, de tercera, y hasta de cuarta.

Que contigo a solas yo me quede
que este mundo huele y da patadas
a mi rumbo, y claro desoriento
todo esto que escondo en mi cabeza
y la pereza es la que enturbia mi mirada.

Que ya no se esconde mi suerte
que a oscuras me quedo
y cuando tu luz me ciegue
habrá llegado mi hora,
por fin me he dado cuenta
que soy inmune a la muerte.

domingo, 15 de enero de 2012

quiero...

quiero expresarme
que no haya lugar a equívoco
solo sexo
narcotizarme
encajar golpes
tragarme las llaves
desaparecer y ser consciente
algo de dolor
reaccionar
brindar con Sócrates
que llegue de una puta vez
retener lo que no tuve
irme un rato quiero
quiero...y me voy