viernes, 9 de enero de 2015

poema que intuye al poeta


Lo que me hace feliz me maltrata:
ese es mi cable a tierra.
Quien no está "cortocircuitado" eres tú.
Siempre fuiste volátil como a mí me gusta,
siempre tan ausente.
Ojalá supiera esconderme tan bien como tú lo haces.

Tu alegría es la mía (no me pertenece)
tu salud -como diría mi madre- es la mía,
y eso me ayuda cuando siento que me pudro.
A veces lo huelo, otras lo miro a propósito, pero
no hay manera de caerse,
no hay madera para caerse, o yo
que no valgo,
o yo que callo,
o yo, cobarde.

Con lo a gusto que estoy yo cuando no estoy solo "conmigos"
o como cuando me refugio contigo de alguna guerra que concebimos,
o cuando una discusión como "guionada", pero bien interpretada
termina por hacernos reír mutuamente, sin embargo,
me cobijo entre tumultos que yo invento, 
enfermedades por descubrir...(felices los doctores que investigan)
pero, desde este pequeño cuerpo solo puedo confesarme:
"así son mis viajes."

La suerte de las relecturas es saber el final.
Así que todo esto, en realidad,
no es un poema:
es tan solo una vida -la mía-... desperdiciada.