Con el cuerpo ligero acudo al paraíso,
como cada noche entre dos sueños
me encomiendo en busca de la luz
mientras sorteo la vigilia de los cancerberos.
Y sobre un camino de plumas de querubín
con sus alas anudadas para conducirme
a la mismísima gloria de la noche oscura
que resplandece brillando como un tesoro triste
me reencuentro con otros bailarines escuetos
heridos en sus días y despiertos ahora
que sin la música con la que danzan
miran hacia otro lado y siguen sin demora
hacia un portal sin título de propiedad
donde espera un niño para abrirnos paso
entre vendedores de ceniza, prostitutas
y ambulancias sin sirena, y sin embargo
el de plata es el único papel que bien representado
se aparece respaldado por la corte dionisíaca,
son tres sátiros mitad caballo mitad hombre
que acompañan mi viaje de tres micras.
1 comentario:
Me encanta tu faceta lírica,Fran! Gracias x compartir las visitas de tus musas y/u otros desvaríos!
àngels.
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