...y lo que me tenía que curar, me
enfermó.
Odio la naturaleza y su amenazante
maldad que me impide
contemplar la verdad que de mí se
esconde. ¿Dónde habitará
ese esqueleto matemático subyacente
que me daría como respuesta
cierta salud? La belleza me rehuye y yo
la evito
desde aquella vez, que tras sus sombras
fui colonizado
por un virus funesto. A mi alrededor
todo eran moscas que esperaban
impacientes. Que os jodan! No me pienso
morir! Utilizaré
todos estos muertos para defenderme de
vosotras, carroñeras!
...y lo que me tenía que matar, me
salvó.
Adoro la cercanía penosa de estos
muros que me encierran,
ahora que ya todo me parece extraño,
ahora que me parece imposible
recuperarte, ya solo permanezco quieto
en mi abandono. Todo lo demás es
mentira. ¿Cuándo podré recurrir
a aquellas fuerzas sobrehumanas, que me
permitan continuar con todo
donde lo dejé?¿Dónde lo dejé?
Los sanos que me rodean no lo
comprenden, y únicamente
se impacientan como moscas. Y eso lo hace todo más
difícil,
más oscuro. Una oscuridad que ya no oculta mi amor hacia
tí.
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